¿Cajas de cambio automáticas, sabes lo que son?
- Publicada en: General
- Fecha: 14 Nov,2014
El cambio automático es un proceso de transmisión que es capaz por si solo de seleccionar todas las marchas sin ninguna necesidad de la intervención espontánea del propio conductor.
El cambio de una relación a otra se produce en función tanto de la velocidad del vehículo como del régimen de giro del motor, por lo que para el conductor no es necesario ni de pedal de embrague ni de palanca de cambios. El simple hecho de pisar el pedal para acelelar provoca el cambio de relación conforme el motor varía de régimen de giro.
El resultado que se ve el conductor es el de un cambio cómodo que no produce tirones y que le permite prestar todo su interés al tráfico. Por lo tanto el cambio automático no sólo proporciona más tranquilidad, sino que aporta al coche mayor seguridad positiva y real.
¿Qué tipos hay?
Tipos de cajas de cambio: embragues.
Al contrario de lo que podamos pensar, la índole de los cambios actuales existe casi desde el inicio de los artefactos mecánicos. En mi opinión, la primera caja de cambios nace con el invento del mismo reloj. Si lo analizas, un reloj analógico hace que un movimiento muy repetitivo a velocidad constante se transforme, como mínimo, en otros casi tres movimientos que giran a diferentes velocidades de tiempo: la del segundero, el minutero y las diversas horas. El reloj mecánico se cree que se inventó durante el siglo X, así que es fácil comprender que el primer coche, ya tenía una caja de cambios muy parecida a las manuales que existen hoy en día en la ciudad donde vivimos.
Lo que sí que ha variado es el tipo de embrague y la forma en que se activa. Los primeros funcionaban simplemente destensando y tensando una correa que unía el eje de la rueda con el volante motor. Con la ampliación de potencia de los propulsores, se hizo firme que no era bastante, así que más o menos en 1900 empezaron a emplearse embragues cónicos. El conductor activa una palanca que movía un cono forrado de cuero que entraba en otro cono muy hueco.
Éstos eran muy toscos y muy pesados de llevar, así que allá por los años cercanos a los 20, se cree que fue en Francia, cuando se inventó un embrague de disco que era, principalmente, como el que se ve en todos los sitios. En realidad son dos discos diferentes: uno gira solidario a la transmisión y el otro está atornillado al motor y tiene unos muelles que son los que hacen de “prensa” contra el disco de la caja de cambios, de forma que giren solidarios o, si pisamos el pedal y vencemos esos muelles, desacopla el motor de la caja de cambios.
Existe la idea común de que cuando una transmisión automática “resbala” es decir en el momento de empezar o de aumentar la velocidad el motor aumenta de revoluciones en cambio la velocidad del vehículo no sube, la mayoría dice que patina el convertidor, pero no es así, cuando una transmisión “resbala” es debido a que alguno de los embragues no se aplican con la suficiente fuerza. El convertidor puede provocar mucho ruido, fugas de mucho aceite, falta de potencia o falta de velocidad punta pero nunca la sensación de “resbala”. La información que podamos encontrar del conductor habitual del vehículo es de gran ayuda para nosotros determinar de dónde proviene la avería y los daños que pueda tener la transmisión por pequeños que sean los detalles toda la información sea más óptima.
Hoy en día, hay muchos especialistas en cajas de cambios automáticos, que conocen cual es el síntoma más claro y evidente de que algo le ocurre a nuestro cambio automático debería ser fácilmente visto por el que conduce: cambia demasiado pronto o demasiado tarde, el motor parece tener menos potencia de lo que hay que tener, hay que acelerar mucho para iniciar la marcha de nuevo con un cambio fuerte.
Publicar comentarios